El estudio de la historia de España resulta fundamental por el
carácter vertebrador y coordinador que la Historia tiene entre las ciencias humanas pero,
ante todo, por su trascendental valor formativo. El conocimiento y la comprensión del pasado,
desde una perspectiva racional, abierta, objetiva y crítica, contribuye de manera decisiva a
desarrollar las destrezas necesarias para analizar y comprender el presente. Además,
favorece la adquisición por el alumnado de una serie de capacidades y técnicas intelectuales
propias del pensamiento abstracto y formal, como la observación, el análisis, la síntesis,
la interpretación, la explicación, la capacidad de comprensión y el espíritu crítico.
Paralelamente, permitirá al alumnado consolidar determinados valores y hábitos de
comportamiento, entre los que cabe destacar la autonomía personal, la toma de decisiones
lógicas, una actitud crítica frente a los diferentes tipos de fuentes documentales, el
reconocimiento de la diversidad de España, la valoración del patrimonio cultural e
históricoartístico y una sensibilidad especial hacia la sociedad actual y su problemática.
Todos estos aspectos facilitarán la formación de ciudadanos y ciudadanas conscientes de
sus derechos, de sus obligaciones y del valor de la herencia recibida y fomentarán que se
adopte una actitud responsable y solidaria en la defensa de la libertad, los derechos
humanos y los principios democráticos.