En la actualidad vivimos y participamos de una revolución
permanente fácilmente observable: manejamos una cantidad ingente de información
y una serie de dispositivos tecnológicos que hace unos pocos años no éramos
capaces de imaginar. Esta revolución ha transformado profundamente la forma
en la que vivimos, influyendo decisivamente en los modos en los que nos enfrentamos
a nuestra actividad laboral o académica, así como en la manera en que nos relacionamos
con otras personas o disfrutamos de nuestro tiempo de ocio personal. Como consecuencia
de todas estas transformaciones, han surgido un conjunto de nuevas capacidades y
habilidades necesarias para desarrollarse e integrarse en la vida adulta, en una sociedad
hiperconectada y en un constante y creciente cambio. Los alumnos y las alumnas deben estar
preparados para adaptarse a un nuevo mapa de sociedad en transformación..
La materia Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) prepara al alumnado
para desenvolverse en un marco adaptativo, más allá de una simple alfabetización digital
centrada en el manejo de herramientas que quedarán obsoletas en un corto plazo de tiempo.
Es necesario dotar de los conocimientos, destrezas y aptitudes para facilitar un aprendizaje
permanente a lo largo de la vida, de forma que el alumnado pueda adaptarse con versatilidad a
las demandas que surjan en el campo de las TIC.
Día a día aparecen nuevos dispositivos electrónicos que crean, almacenan, procesan y transmiten
información en tiempo real y permiten a la persona usuaria estar conectada y controlar en modo
remoto diversos dispositivos en el hogar o el trabajo, creando un escenario muy diferente al de
tiempos pasados. Es imprescindible educar en el uso de herramientas que faciliten la interacción
de los y las jóvenes con su entorno, así como en los límites éticos y legales que implica su uso.
Por otro lado, el alumnado ha de ser capaz de integrar y vincular estos aprendizajes con otros
del resto de materias, dando coherencia y potenciando el dominio de los mismos.